El Nido del Tigre, la joya del Himalaya | Bután
La “tierra del dragón del trueno” es, sin duda, un paraíso en el Himalaya, donde la religión y la mística es el camino de la vida.
Recorrer las muy cerradas curvas en este terreno montañoso encantado es una experiencia realmente emocionante, a través de verdes valles a un lado y empinadas laderas al otro. Ubicado en medio de este ambiente desconcertante se encuentra el “Monasterio Nido del Tigre” (o Taktshang), la corona enjoyada de Bután.
Este espléndido monasterio es el punto de referencia del Himalaya. Cada día, una suave niebla envuelve esta fascinante estructura enclavada en un acantilado a 3.120 metros de altura. Se sitúa a 10 kilómetros al norte de Paro y cuelga a unos 900 metros sobre el valle de Paro, en el lado derecho de Paro Chu (“Chu” en butanés significa “río”). Las pendientes rocosas son muy empinadas (casi verticales) y los edificios del monasterio se encuentran sobre la misma roca.
El monasterio del tigre en Bután es uno de los lugares más fascinantes del mundo, contando con un espléndido atractivo visual.
El Nido del Tigre cuenta con una historia interesante en relación con el nombre que porta. Se dice que Padmasambhava (Gurú Rinpoche, quien introdujera el budismo en Bután) sobrevoló este acantilado sobre una tigresa buscando un lugar en el que meditar. Aquí encontró una cueva en la que permaneció desde tiempos inmemoriales. A partir de entonces, este lugar pasó a ser sagrado y lo bautizó como “Nido del Tigre”.
Los edificios del monasterio se componen de cuatro templos principales y varios centros de acogida residenciales sobre distintas cornisas de piedra (granito) y cuevas. De las ocho cuevas que hay en el complejo, cuatro son relativamente fáciles de acceder. La cueva en la que entró por primera vez Padmasmabhava supuestamente montado en una tigresa se conoce como “Tholu Phuk” y, la cueva original en la que residió y realizó la meditación, se conoce como “Pel Phuk”. Hacia estas cuevas dirigió a los monjes, iluminados espiritualmente, para construir el monasterio en el año 1692.
Todos los edificios del complejo están interconectados a través de pasos y escaleras hechas de rocas. Hay unos pocos puentes de madera desvencijados a lo largo de los caminos. El templo, en su nivel más alto, tiene un friso de Buda. Cada edificio tiene un balcón, que ofrece preciosas vistas al pintoresco valle de Paro. El Nido del Tigre cuenta con una antigua historia de ocupación por los monjes como ermitas.
La imaginación humana difícilmente se explica cómo se llegó a construir un monasterio a una altitud de 3.120 metros sobre el nivel del mar. Y es que Taktshang está tan precariamente ubicado en el acantilado que se suele decir que “se aferra a la ladera de la montaña como una lagartija”.
El Monasterio Nido del Tigre y su ubicación, en lo más alto de un acantilado, hace que la única manera de acceder a él sea a pie o mediante animales. Las mulas se utilizan para llevar a los visitantes y a los monjes hasta cierta distancia, para después tener que caminar cubriendo el resto de camino.
El complejo del monasterio es un punto de referencia en el Himalaya, aunque también una de las atracciones turísticas de más complicado acceso en todo el mundo, debido a que, actualmente, los turistas tienen prohibida la entrada al interior del monasterio.
El 15 de abril de 2016, los duques de Cambridge, el príncipe Guillermo y Kate Middleton, caminaron durante tres horas para llegar al monasterio. El príncipe Carlos, padre de William, también quiso visitar El Nido del Tigre, pero no pudo completar la visita, en 1.998, debido a una lesión que sufrió en un partido de polo. Finalmente, hizo una pintura del monasterio en acuarelas en el camino que conducía a él.
Pequeño templo en el que los visitantes podían encender velas.