La Danza de Zalongo | Grecia
Por encima del pueblo de Kamarina, cerca de Preveza, en Grecia, se encuentran los acantilados del histórico Mount Zalongo. Fue aquí, en 1803, durante la Guerra Souliote, el lugar en el que unas cincuenta a sesenta mujeres souliotas, junto con sus hijos, se suicidaron en masa con el fin de evitar ser capturadas y esclavizadas por los soldados del otomano Ali Pasha. Según la leyenda, las mujeres bailaron y cantaron por cada uno de los niños que tiraron por el precipicio, para posteriormente tirarse ellas mismas inmediatamente después. Estos hechos fueron conocidos como la Danza de Zalongo.
Los Souliotes eran originalmente refugiados de la localidad griega de Paramythia que escaparon de los otomanos y se establecieron en las zonas montañosas remotas de Epiro, donde disfrutaron de un estatus autónomo. Atraídos por los privilegios de autonomía, los inmigrantes de otras partes se quisieron asimilar a los Souliotes, por lo que crecieron junto a ellos en fuerza y número, hasta que fueron lo suficientemente potentes como para resistir con éxito la dominación otomana. Los Souliotes no pagaban impuestos al imperio, y en cambio, exigían tributos a los turcos de la zona. En el apogeo de su poder, en la segunda mitad del siglo XVIII, dominaron más de 60 aldeas de la región.
Los Souliotes vivieron en paz durante unos sesenta años, antes de que el sultán decidiese que los Souliotes necesitaban ser sometidos. Una serie de conflictos se produjeron, pero los Souliotes resultaron ser invencibles, hasta que Ali Pasha llegó al poder.
El los primeros conflictos, los hombres de Ali Pasha, al igual que aquellos que lo intentaron antes, fueron derrotados. Finalmente, Ali Pasha se dio cuenta de que un enemigo tan formidable como los Souliotes solo podía ser derrotado a través de la traición. Así que, primero, cortó todas las rutas de suministros hasta que el enemigo empezó a morir de hambre. Luego, con la ayuda de un traidor dentro de los Souliotes, las tropas de Ali Pasha se hicieron con el núcleo de la población, y los Souliotes se vieron obligados a rendirse. Se firmó un tratado en el que Ali Pasha prometió que no haría ningún daño a los Souliotes restantes, permitiendoles que se trasladaran a donde quisieran. Pero Ali Pasha no tenía planes de honor a su promesa, y ordenó a sus soldados apoderarse de ellos como rehenes.
Los Souliotes que se dirigieron a Parga lograron escapar, pero los hombres, mujeres y niños que fueron a Zalongo se vieron acorralados. Más de 150 aldeanos fueron capturados. Algunos fueron asesinados. Por otro lado, un grupo de más de cincuenta mujeres eligió la muerte antes que la esclavización. En lo más alto de Zalongo, las mujeres sostuvieron a sus hijos entre sus manos, cantando y bailando en el acantilado. Luego, una a una se arrojaron por el precipicio.
La historia del suicidio en masa de Zalongo sonó en toda Europa, y caló hondo en millones de personas. Distintos homenajes en forma de poemas, canciones y bailes conmemoraron estos actos. Se hicieron pinturas monumentales, incluyendo una del artista francés Ary Scheffer, que ahora cuelga en el Louvre, y distintos melodramas fueron representados en los escenarios de Londres y París.
En 1961, una inquietante y bella escultura modernista en honor a las mujeres se construyó en la cima de la montaña en la que ocurrieron los desagradables hechos. El monumento representa seis figuras femeninas abstractas de la mano, como lo hicieron en la danza, de crecimiento gradual en tamaño y heroísmo hacia el borde del acantilado. El monumento de 13 metros de altura de Zalongo es ahora una atracción turística popular en la región.
Pintura del artista francés Ary Scheffer de la escena que ahora cuelga en el Louvre.