La isla de los piratas de Sainte Marie | Madagascar
La isla de Sainte Marie, o Nosy Boraha, es una estrecha isla de granito ubicada a ocho kilómetros de la costa este de Madagascar. Esta isla tropical cuenta con una exuberante vegetación, playas de fina arena, bahías poco profundas y arrecifes de coral. Una vez, la isla fue el hogar de más de mil piratas.
La isla se encuentra no muy lejos de la principales rutas marítimas de los siglos XVII y XVIII a lo largo de las cuales los buques transportaban especias, marfil, seda y otras riquezas de hasta las Indias Orientales. Sainte Marie proporcionó a los bucaneros un refugio seguro en el que podrían saquear los barcos que se acercaran.
La isla atraía a los barcos y a su tripulación para tomar un descanso gracias a sus numerosas bahías y ensenadas que protegían las naves de las tormentas, los frutos abundantes y las mujeres locales que satisfacían el hambre y lujuria de la tripulación.
El asentamiento pirata en Sainte Marie fue fundado por el famoso pirata inglés Adán Baldridge, que llegó a la isla en 1.685 después de huir de Jamaica, donde se le buscaba por asesinato. En un año, Baldridge había establecido el control sobre las vías navegables interiores de Sainte Marie y de su puerto. Sometió a las tribus locales y obligó a los jefes nativos a pagar por el ganado, el alimento y las mujeres.
Baldridge forjó una sociedad junto a un comerciante rico de Nueva York y tuvo un negocio muy exitoso intercambiando dinero y bienes con los piratas. Baldridge adquiría botines robados por los piratas y los enviaba a Nueva York a cambio de suministros básicos, ron, herramientas y municiones, que utilizaba para comerciar con los piratas. Baldridge también ofreció a los piratas muchos de los recursos de la isla, tales como diferentes tipos de frutas (plátanos, cocos, limones, naranjas, piña, ñame) y ganadería (vacuno, pollo, pescado y tortugas). Tenía docenas de almacenes en la isla llenos de de tesoros obtenido a partir de los piratas.
En su auge, alrededor de mil piratas vivíeron en la isla, incluyendo personajes legendarios e infames como el capitán William Kidd, Robert Culliford, Olivier Levasseur, Henry Every, Abraham Samuel y Thomas Tew. Baldridge vivió una vida muy extravagante. Se construyó una mansión en una colina, además de una fortaleza, manteniendo su propio harén de mujeres en Sainte Marie.
Baldridge también comenzó a participar en el comercio de esclavos. Compraba esclavos en la costa este, dónde eran muy baratos, y los vendía a los barcos que pasaban por la isla. También llegó a enviarlos a América y a las Indias Occidentales. Pero todo tiene su final. Cuando Baldridge trató de vender algunos de los nativos de la zona, la población de la isla se sublevó, destruyendo su castillo y almacenes, para finalmente terminar obligando a Baldridge a huir de la isla en 1697.
Tras la salida de Baldridge, la colonia pirata cayó en declive, ya que fueron incapaces de obtener suministros vitales necesarios para el mantenimiento de una población. Por la década de 1700, la edad de oro de los piratas había llegado a su fin. Muchos piratas se rindieron a las condiciones de la isla y se establecieron en Madagascar. Se casaron con mujeres locales y formaron familias. Tras la muerte, los restos fueron enterrados en un cementerio, ahora llamado “Cementerio de los Piratas”, en île aux Forbans, una pequeña isla situada en una bahía al sur de Ambodifotatra.
Hoy en día, Sainte Marie recibe una gran cantidad de turistas atraídos por el idílico paraíso tropical donde el buceo, el snorkeling y la observación de ballenas son las actividades favoritas. El cementerio pirata, que ahora está cubierto de arbustos y plantas, es otra atracción de gran popularidad.