Las esculturas de granito del cementerio de la Esperanza | Estados Unidos
Uno de los principales usos del granito en toda América está en las lápidas y monumentos, y los mejores ejemplos de este peculiar arte se puede ver en el cementerio de la Esperanza, en la pequeña ciudad de Barre, en Vermont, Estados Unidos.
Conocida como la “capital de granito del mundo”, Barre se estableció poco después de la guerra de 1812 en el lugar de un vasto depósito de granito, el cual algunos geólogos afirman que tenía 4 millas (6,5 kilómetros) de largo, 2 millas (3,20 kilómetros) de ancho y 10 millas (16 kilómetros) de profundidad. Cuando la fama de esta vasta extensión de granito llegó a Europa y Canadá, gran número de hombres de negocios, así como expertos en la materia, sobre todo de Italia, acudieron en masa a la ciudad para convertirse en parte de la industria en auge del granito. Pronto, “Barre Gray”, se convirtió en el exportador de granito más demandado en todo el mundo debido a su grano fino, textura, y resistencia a la intemperie. Se estima que un tercio de todos los monumentos conmemorativos en los Estados Unidos se hicieron a partir del granito de Barre.
El cementerio de la Esperanza fue creado en 1895, y se convirtió inmediatamente en un patio de “recreo” para los artesanos de Barre. Los cualificados escultores trabajaron la dura roca y la dieron forma para crear elaborados y conmemorativos diseños.
Hay que decir que trabajar con granito tiene efectos secundarios fatales. La inhalación del polvo del granito puede conducir a una enfermedad respiratoria llamada silicosis, y muchos de los artesanos y escultores sucumbieron a ella y acabaron perdiendo la vida.
Cuando una epidemia de gripe se extendió por la zona en 1918-1919, muchos escultores, sabiendo que la muerte estaba a la vuelta de la esquina, empezaron a diseñar sus propias lápidas para dejar un recuerdo imborrable de sus habilidades. La tradición se ha llevado a cabo desde entonces. Se estima que el 75% de las lápidas del cementerio de la Esperanza fueron diseñadas por los ocupantes de las propias tumbas.
Originalmente, con 53 hectáreas de superficie, y ahora cubriendo 65, el cementerio de la Esperanza cuenta con más de 10.000 artísticas lápidas de granito. Algunos de los ejemplos fascinantes incluyen una réplica perfecta de un coche de carreras para recordar a un piloto local que murió en un accidente de moto de nieve en 1991.
También se puede ver una “cama matrimonial” con sus ocupantes cogidos de la mano; un retrato de una familia al completo; un bajorrelieve de un camión de 18 ruedas; o tumbas construidas con forma de balón de fútbol. También destaca un relieve de un hombre mayor en una motocicleta o un jugador de béisbol, entre otros.