La historia del puente “abrelatas” | Estados Unidos
A tres metros y medio de altura, en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos, se encuentra Norfolk Southern–Gregson Street Overpass, un puente que parece no ser muy elevado. El gobierno federal recomienda que los puentes en la vía pública deben tener un espacio libre de al menos cuatro metros y veinte centímetros. Pero cuando este puente de Durham fue construido para permitir el paso de los ferrocarriles en la década de 1940, no existían normas para la altura mínima. Como resultado, los camiones golpean con frecuencia el puente y acaban con sus techos destrozados.
Jürgen Henn, un residente de Durham, ha sido testigo de estos accidentes durante años, ya que trabajaba en la misma calle. Deseando compartir estos hilarantes percances con el resto del mundo, Henn instaló una cámara de vídeo en abril de 2008 y comenzó a grabar las veinticuatro horas el puente. A finales de 2015, más de un centenar de camiones tenían la parte de arriba violentamente arrancada. Estos vídeos cribadores, que también están disponibles en su canal de YouTube, han acumulado millones de visitas, por lo que el puente cuenta a día de hoy con una gran fama internacional, siendo conocido como “el puente abrelatas”.
Como Jürgen Henn explicó, el puente no puede ser elevado, ya que hacerlo requeriría que las vías del tren se ajustasen a la nueva inclinación. North Carolina Railroad, la compañía encargada, no quería pagar por el enorme gasto que supondría, por lo que el puente se quedó como estaba.
En su lugar, las autoridades de la ciudad instalaron un sistema de alerta que detecta cuando un camión de altura superior intenta pasar por debajo, destellando luces de advertencia de color amarillo a varios metros por delante del puente. Sin embargo, muchos conductores o bien no prestan atención o no hacen caso a la advertencia, por lo que acaban chocando contra el puente. El departamento de ferrocarriles, responsable del puente, instaló una viga de acero pesado de choque frente al puente para tratar de absorber el mayor impacto cuando se produce un choque, y así proteger la estructura por la que deben cruzar los trenes. Esta viga de choque se golpea con tanta frecuencia que tiene ya ha tenido que ser sustituida en varias ocasiones. En promedio, hay un accidente cada mes.
Cuando Henn habló con algunos de los conductores que estrellaron sus camiones contra el puente, le dijeron que no sabían las alturas sus camiones, mientras que otros insistieron en que no habían visto las señales.
Ahora, los funcionarios Durham están probando una nueva táctica. Hace unos meses, instalaron una señal de tráfico en la intersección antes del puente y conectaron un sensor de altura en la misma. Cuando un camión de mayor altura a la del puente se aproxima a la intersección, se enciende la luz roja de un semáforo y permanece así por un largo tiempo. De momento, los conductores parece que no respetan el semáforo y esta medida tampoco ha evitado los accidentes.
A continuación puedes ver el siguiente vídeo con algunos de los choques en el puente: